Lo Que Creemos
El fundamento de nuestra fe es la palabra de Dios, la Biblia. Ésta es la autoridad máxima en todos los asuntos de la vida.
Es de la Biblia que proviene todo en lo que creemos. Seguimos todo lo que dice. Tenemos todo lo que dice que tenemos, somos todo lo que afirma que somos y hacemos todo lo que asegura que podemos hacer.
La Biblia…
La Biblia es la palabra de Dios para todos los hombres. La colección de 66 libros, desde Génesis al Apocalipsis, fue escrita por hombres divinamente inspirados por Dios, guiados a toda la verdad y libres de todo error en cada asunto que trataron. Es la única revelación completa de la voluntad de Dios para con el hombre, y la autoridad suprema por la cual todo será juzgado. Interpretamos sus relatos y mandamientos literalmente, a menos que la misma escritura indique lo contrario. (II Timoteo 3:16-17; II Pedro 1:20,21; Proverbios 30:5-6; Juan 17:17; Hebreos 4:12-13)
Dios…
Hay un solo Dios, santo y verdadero, que existe eternamente en tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Cada uno posee todos los atributos de la deidad y a la vez todas las características de la personalidad, pero cada uno llevando a cabo una obra distinta. (Deuteronomio 6:4-5; Génesis 1:26; Mateo 3:16-17; Juan 15:26)
El Señor Jesucristo…
Cristo Jesús es la segunda Persona de la Trinidad quien fue unido para siempre con una naturaleza humana por medio de la concepción milagrosa del Espíritu Santo y recibió un cuerpo humano en el vientre de una virgen, llamada María. (Isaías 7:14; Mateo 1:18-25; Lucas 1:30-35)
Creemos que Él fue tentado al igual que nosotros, pero no pecó. Aunque vivió una vida perfecta, voluntariamente se dejó crucificar para así pagar la pena que nuestros pecados merecieron. (Hebreos 4:14-15; Mateo 4:1-11; Romanos 5:11-21; Juan 10:17-18)
Creemos que resucitó literalmente y corporalmente de la tumba al tercer día para demostrar su poder sobre el pecado y la muerte. Ascendió al cielo y ahora está sentado a la diestra del Padre, como único mediador entre Dios y los hombres, para hacer intervención continua a favor de los suyos. (I Corintios 15:3-4; Hechos 1:9-12; I Timoteo 2:5)
Creemos que regresará pronto, primero en el Cielo para encontrarse con todos los creyentes, y luego en forma corpórea y visible en la tierra, para consumar la historia y el eterno plan de Dios. (I Tesalonicenses 4:13-18; Apocalipsis 19:11-16)
El Espíritu Santo…
El Espíritu Santo es el tercer miembro de la Trinidad, equivalente al Padre y al Hijo como Dios. Su ministerio entre los no creyentes es mostrarles su necesidad de Jesucristo. Los no creyentes pueden aceptar su llamado, o pueden escoger resistirle, insultarle y blasfemar contra Él. (Juan 16:7-11; Hechos 7:51; Hebreos 10:29; Mateo 12:31)
Creemos que en el momento de la salvación, el Espíritu Santo es el agente del nuevo nacimiento, que en ese instante la empieza a transformar a la imagen de Cristo. Sella al creyente para vida eterna y empieza en él un ministerio eterno. La única evidencia concreta de la obra del Espíritu, es una vida transformada. (Tito 3:5; I Corintios 12:13; Juan 14:16; Efesios 1:13-14)
El ministerio sobrenatural presente del Espíritu Santo entre los creyentes en la tierra desde el día de Pentecostés y continuando hasta el regreso de nuestro Señor. El Espíritu Santo trae convicción, salvación, santificación y empoderamiento para el creyente y para la iglesia de Cristo. (Hechos 1:8-11; 1 Corintios 2:12, 3:16; 2 Corintios 3:17)
Los dones ministeriales del Espíritu Santo se consideran imperativos en la edificación de la iglesia. Dios ha puesto estos dones en Su iglesia para su crecimiento y madurez. (1 Corintios 12:28; Efesios 4:11-13)
Creemos en el poder santificador continuo del Espíritu Santo por cuya morada en el cristiano se le permite vivir una vida santa y ministrar sobrenaturalmente. El bautismo del Espíritu Santo, según Hechos 1:4-8 y 2:4, se derrama sobre los creyentes para que tengan el poder de Dios para ser sus testigos.
Creemos que la llenura del Espíritu Santo es esencial para la renovación de los creyentes, para guiarlos a toda la verdad de la Palabra de Dios y formarlos a la imagen misma de Cristo. Mientras siguen su liderazgo, llegan a ser más y más como Cristo, pero cuando escogen su propio camino, afligen y apagan al Espíritu. (Rom. 8:29 Juan 16:13-15; Efesios 4:30; I Tesalonicenses 5:19)
La Creación…
Aceptamos el relato de la creación en Génesis como literal, no figurativo. Los seis días de la creación fueron días de 24 horas, toda vida animal y vegetal fue creada directamente por Dios, y cada uno sigue la ley establecida por Dios de dar fruto “según su género”. El hombre fue creado directamente a la imagen espiritual de Dios y no evolucionó de ninguna forma de vida inferior. (Génesis 1:1-2:25; Juan 1:3; Hebreos 11:3)
La Caída del Hombre…
Aunque el hombre fue creado sin pecado para tener comunión con Dios, por un acto de desobediencia Adán, y por medio de él toda la humanidad, se encuentran separados de Dios por una transgresión innata hacia Él llamada “pecado.” Toda la humanidad es impulsada a cometer pecados innumerables y merecen nada más que una eterna separación de Dios. (Gén. 3:6-7; Rom. 3:10, 23; Romanos 5:12, 19; Marcos 7:20-23; Santiago 1:13-15)
La Eternidad…
El hombre fue creado para existir para siempre. Existirá separado de Dios debido al pecado, o en comunión eterna con Él por medio del perdón y la salvación. Estar separado de Dios, es estar en el infierno. Hallarse en comunión con Dios, es vida eterna en el cielo. El cielo y el infierno son lugares literales de existencia eterna. (Juan 3:16-18; I Juan 5:11-13; Romanos 6:23; Apocalipsis 20:15)
La Salvación…
Es un regalo de Dios al hombre, hecho posible sólo por la gracia de Dios y el sacrificio de Jesús en la cruz. El hombre no puede pagar por sus pecados con buenas obras. Sólo al confiar exclusivamente en el sacrificio de Jesús como el único plan para obtener el perdón, el hombre puede ser salvado de la pena del pecado. (Romanos 6:23; Efesios 2:8-9; Juan 14:6)
La Seguridad Eterna…
La vida eterna empieza en el instante que uno recibe a Cristo Jesús en su vida por fe. Debido a que Dios le da la vida eterna al hombre, el creyente puede estar seguro de su salvación para siempre. La misma se mantiene por la gracia y el poder de Dios, no por esfuerzo personal del creyente. (Juan 10: 27-30; Romanos 8:35-39; Hebreos 7:25; 10:10-14; I Pedro 1:3-5)
Las Bendiciones de la Salvación…
Todos los que creen en Cristo Jesús son justificados inmediatamente; sus pecados son perdonados y se les otorga la justicia de Cristo. Somos hechos hijos de Dios y gozamos las bendiciones de ser coherederos con Cristo Jesús. El proceso de santificación empieza al aprender a vivir de acuerdo a nuestra posición en Cristo y se completará sólo cuando seamos glorificados en la presencia misma de Dios. (Romanos 5:1-2; 6:8-14; 8:12-17, 23; Filipenses 1:6)
Satanás…
Es un ser real, histórico; un ángel caído quien se enalteció por orgullo y se rebeló contra Dios, llevando consigo a un ejército de ángeles con él. Su derrota fue sellada por la obra de Cristo en la cruz. Su destino final es el lago de fuego. (Isaías 14:12-17; Hebreos 2:14; Apocalipsis 20:10)
Creemos que es el padre de mentiras quien guía las vidas de aquellos sin Cristo. En el momento de la salvación, es vedado de ese puesto por el Espíritu Santo y deja de tener poder sobre el creyente, a menos que éste se presente como instrumento al pecado. Es nuestro adversario principal en la vida diaria quien puede ser derrotado a cada paso si nos ponemos toda la armadura de Dios y le resistimos, siguiendo la verdad de la Palabra de Dios. (Prov 14:12; Romanos 6:12-14; Efesios 6:10-17; Santiago 4:7-8)
La Iglesia…
La asamblea local de creyentes, conocida como la Iglesia, es el instrumento de Dios en esta era. Creemos que cada verdadero creyente en Cristo comparte una relación familiar con Dios como nuestro Padre y que a la segunda venida de Cristo estaremos todos unidos para formar el Cuerpo de Cristo. Pero, la mayoría de las referencias bíblicas de la palabra “iglesia” refieren a una asamblea local y visible de creyentes y, como tal, es en la iglesia donde reside toda la responsabilidad y autoridad en la actualidad. (I Tes. 4:13-18; Mat. 18:15-18)
Creemos que la Gran Comisión es la responsabilidad primordial de cada iglesia local como un cuerpo, y el de cada individuo como miembro de dicho cuerpo. Es en cada iglesia local donde yace la autoridad de llevar a cabo las ordenanzas del bautismo y la Cena del Señor. (Mateo 28:18-20; Hechos 1:8; I Corintios 11:23-29) Creemos que el liderazgo de la iglesia es delegado por Cristo mismo a los pastores (conocidos también como “obispos” o “ancianos”) y ante quien se tendrá que dar cuenta. Cuando fuera necesario, podrán ser ayudados a llevar a cabo la obra por aquellos que funcionan como diáconos. (Efesios 4:11-16; I Pedro 5:1-4; I Tim. 3:1-13)
Creemos que cada miembro tiene la responsabilidad de predicar la palabra de Dios y apoyar el ministerio de la iglesia por medio de la oración, llevando una vida santa, dando diezmos y ofrendas, y siguiendo el liderazgo que Dios ha puesto sobre nosotros. Deben tratarse el uno al otro de acuerdo a las normas establecidas en la Escrituras y resumidas en los “Unos a Otros” encontrados en las epístolas del Nuevo Testamento. (Efesios 4:12; II Timoteo 2:2; I Cor. 16:2; II Cor. 9:6-8; Hebreos 13:7,17; Filipenses 2:1-4)
Creemos que los valores principales que Cristo requiere de su iglesia son amor, para que el mundo sepa que somos sus seguidores; y unidad, para que el mundo crea el mensaje que predicamos. (Juan 13:34-35; 17:21)
La Profecía…
El próximo evento en el calendario profético de Dios es el rapto de todos los verdaderos creyentes para encontrarse con el Señor en el Cielo. Esto desatará una serie de eventos conocidos como “La tribulación”, el regreso personal de Cristo a la tierra, el reino milenario de Cristo y el establecimiento de un cielo nuevo y una tierra nueva. (I Tesalonicenses 4:13-17; Mateo 24 y 25:31- 46; Apocalipsis 20:1-22:7)
El Reino de Dios y la Gran Comision…
CREEMOS que el reino de Dios es eterno. Desde Su trono, a través de Su Hijo, Su Palabra eterna, Dios creó, sostiene y gobierna todo lo que existe: los lugares celestiales, las huestes angélicas, el universo, la tierra, todo ser viviente y la humanidad.
Jesús fue ungido como el Mesías de Dios y fortalecido por el Espíritu Santo, inaugurando el Reino de Dios en la tierra, venciendo el reino de Satanás al resistir la tentación, predicar las buenas nuevas de salvación, sanar a los enfermos, expulsar demonios y resucitar a los muertos.
En Su vida perfecta y sin pecado, Jesús cumplió con las demandas de la ley y en Su muerte expiatoria en la cruz Él tomó el juicio de Dios por el pecado que merecemos como transgresores de la ley. Por Su muerte en la cruz, Él también desarmó a los poderes demoníacos. Su muerte en la cruz también abrió la sanidad como parte del evangelio a ser predicado.
El pacto con David se cumplió con el nacimiento de Jesús de la casa de David, Su ministerio mesiánico, Su gloriosa resurrección de entre los muertos, Su ascenso al cielo y Su presente gobierno a la diestra del Padre. Como Hijo de Dios y heredero de David, Él es el Rey Mesías eterno, que hace avanzar el reino de Dios a lo largo de cada generación y en toda la tierra hoy.
Creemos que todo seguidor de Jesus ha recibido al siguente comision y promesa de nuestro Rey Jesus: "Se me ha dado toda autoridad en el cielo y en la tierra. Vayan por todo el mundo y anuncien las buenas nuevas a toda criatura. Y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo.El que crea y sea bautizado será salvo, pero el que no crea será condenado. Estas señales acompañarán a los que crean: en mi nombre expulsarán demonios; hablarán en nuevas lenguas; tomarán en sus manos serpientes; y, cuando beban algo venenoso, no les hará daño alguno; pondrán las manos sobre los enfermos, y estos recobrarán la salud». (Mateo 28:16-20, Marcos 16:15-20)
¡Yo Soy Global!
Dios Santo en el Cielo,
Jesus es mi Señor,
La Biblia me guía,
Llename de tu Espiritu Santo.
Me arrepiento de mis pecados,
Y de todos mi errores,
Eso ya esta en mi pasado,
Y no en mi futuro.
Declaro en fe que:
Toda maldición está quebrada,
Toda enfermedad es sanada,
Y toda deuda es cancelada.
Yo soy la iglesia,
Parte de un gran movimiento,
Proclamando el Reino de Dios,
Y dejando un legado.
Las cosas estan cambiando,
Cuidare de mi cuerpo,
Y renovare mi mente.
¡Mi vida nunca sera igual!
Yo tengo amor,
Fe, paz, poder, protección,
Y sabiduría en Cristo.
La vida en abundancia,
Y la vida eterna ya son mia.
Dios todo poderoso,
Tu eres mi proveedor,
Nada me faltara.
Soy tan bendecido.
Soy una bendición.
En el nombre de Jesús,
Amen.